Adoro la nada, el vació es algo tan común para mi que ya no existe en tiempos libres. La vida normal que todos quieren golpea una
puerta a lo lejos, no quiero atenderla, no quiero estar cara a cara con la realidad.
La costumbre es rara, no quiero moverme demasiado, perdón, ya lo
hice, lo hago siempre y sin pensarlo, se mueve el mundo que
yo mismo cree, se derrumba cuando me marcho y se arregla solo cuando
vuelvo, cuando vuelvo del mundo real. Me hace sentir confuso,
últimamente una sensación que no tiene nombre me visita, y no se quien es ni como abordarlo, quedo quieto, confuso y quieto, solo y
quieto, triste y quieto, indiferente y quieto.